Tus dedos rozan ahora el olvido
Que no excede jamás una mañana,
Se hace añicos debajo de la cama
Para estar en tu corazón perdido
Cansado de ocultarte mi delirio,
La inocencia del corazón profana
No alivia mi alma de verte lejana,
Debajo de tus huellas me he dormido
Tu voz en el silencio me castiga
Por la mañana triste si nos vemos,
Pues tu calor gastado ya no abriga
Cuando al fin del tiempo nos olvidemos,
Sálvame de cruzarte en otra vida
Pues sin amor ¿para qué fingiremos?