Una piedra
rabiosa se queja
de su duro aspecto
y llora por eso
de tristeza llena.
Tu tristeza es vana
dijo la montaña,
pues al ser pieza
de gran dureza
nadie te daña.
Siéntete halagada,
eres milenaria;
y la dura piedra
sonrió bella
junto a la montaña.
-------------
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela