Un dios me convenció de que la belleza
del mar, tus ojos , la rosa y los pezones,
cual reina exige ritual de realeza:
lejanía, fotoshops, ocultaciones.
Allá una mariposa, aquí,un feo insecto;
del cielo de tu boca llueve halitosis,
y la espléndida alborada es un prospecto,
dos pupilas,ley de Newton, justa dosis.
Y el amor, una neurosis obsesiva,
los amantes se acicalan con saliva:
es absurdo, es causa oculta, es proeza?
Si, de cerca, ya sabemos que las cosas
son grotescas o al menos no son hermosas
¿ Por qué amamos, suplicamos, la belleza?