Hugo Emilio Ocanto

Mi realidad. -Relato- -Autor: Hugo Emilio Ocanto-

Mi realidad actual...

Golpear puertas,

tocar timbres...

Unas veces me atienden,

otras no...¡qué mala suerte!

Mi vida ha cambiado.

Hoy soy un mendigo harapiento.

Ayer era un señor,

hoy soy un desdichado hombre

en busca de un mendrugo de pan.

Tengo merecido todo esto

que me sucede.

Soy culpable de mi calamitosa vida.

Existe gente que por piedad,

me da algo de comer.

Ando por las calles

descalzo y sucio.

Nunca me ha agradado

ni acostumbrado a esta vida.

Acostumbrado...

Tal vez por mi resignación

ya es una costumbre.

Una maldita costumbre,

tener que estar mendigando.

Estoy auto castigándome.

Por el mal que he hecho

a mi familia

por mi adicción al alcohol.

Recordar un pasado,

que fue maravilloso...

y que terminó

con la muerte

de mi único hijo.

Había pasado a buscarlo

al finalizar una reunión

que tuvo con unos amigos.

Esa noche había yo

bebido demasiado,

como era mi costumbre...

Estaba muy mareado,

conduciendo mi coche

con mi hijo dentro

regresando a casa...

Iba a alta velocidad,

el aire que entraba

por la ventanilla

parecía que me reanimaba,

de mi gran borrachera.

Lo que pasó esa noche,

me lo han contado.

Y ahora yo lo estoy relatando.

Choqué contra un árbol,

que no había divisado.

Mi hijo no se había colocado

el cinturón de seguridad,

y por el fuerte impacto,

estando la puerta

no muy bien cerrada,

se abríó y lo despidió,

destrozándole la cabeza,

y así, halló la muerte instantánea.

Solamente quedé lesionado.

¡Tuve que haber sido yo

el que tenía que morir,

y no mi hijo!

Oh, no quiero recordar,

lo que poco recuerdo...

Sólo sé que maté a mi hijo

sin intención, sin querer,

pero mi adicción al alcohol

me llevó a esa gran tragedia.

Mi esposa se separó de mí.

Tenía en aquel tiempo

muchas deudas.

Quedamos en la más total

ruina económica.

Y quedé sólo en esta vida...

Perdiendo lo único que tenía...

mi hijo por haber muerto,

y a mi esposa

por no querer saber

más nada conmigo...

Mi realidad, hoy,

golpeando puertas,

tocando timbres,

mendigando aunque sea

un mendrugo de pan.

Este incidente luctuoso

me llevó a esta vida.

Vida de un pobre hombre,

vagando por las calles,

sucio y andrajoso.

No quiero saber nada

con el resto del mundo.

En más de una oportunidad

he intentado eliminarme,

pero he tenido

la cobardía de dejar de existir.

Mis intentos fueron leves.

Mis aflicciones y arrepentimiento,

me acosan constantemente.

¡Cobarde, soy un maldito cobarde

que no tengo la valentía

de quitarme la vida!

Mi realidad...

Merezco mis alucinaciones,

mi vida de un pobre pordiosero.

Camino, con poco abrigo,

temblando de frío,

recordando lo que puedo...

aquel pasado maravilloso,

que maté, por mi adicción al alcohol...

 

Derechos de autor (Hugo Emilio Ocanto - 23/09/2015)