Vieja amiga
Adorada por mi adolescencia,
palpitada por mi corazón
y embrujado por tu belleza.
Desobedezco al destino,
y pongo a la luna de testigo…
y tu huracán lleno de esperanza de vida.
Y como ave hambrienta vuelo a tu mano,
para que me des un pedazo de pan…
así me tiene tu mirada.
Cuan méndigo necesitando de tu asilo;
aunque me siento loco
por estar tan sólo.
Vieja amiga,
te he visto poco…
y cuanto llego a verte me pongo nervioso.
Me siento como un niño de quince años…
y ya pasaron los años…
después que te dejé de ver.
Que regreses conmigo,
y te quedes aquí, pues te necesito.
Querida amiga,
yo no te miento…
en realidad, te extraño.
Pues la naturaleza sin ti,
solo son hojas secas,
y árboles muertos.
Los niños ya no sonríen…
la luna ya no alumbra.
y mis ojos siempre lloran.
Cuan horizontes
llenos de maldad injusta…
sin motivo de vivir una vida.
Amiga mía…
mis demonios
están hambrientos de amor.
He muerto sin vivir…
Y he vivido sin nacer;
Madurando a esta injusta y dolorosa vida.
¿Viajar?
¿Caminar?
¿Estar sin ti?
No vale la pena,
he respetado nuestra promesa…
te he visto caminar por la acera
y prefiero no hablarte,
solo agacho la cabeza…
y sigo mi camino.
Llego a mi casa,
me tumbo en la litera
donde dormíamos…
y empiezo a llorar…
y me pregunto.
Pero no apareces,
no estás…
hoy te digo vieja amiga.
Que mis sentimientos son reales…
más ahora siento que son banales.
Pues sin ti…
¿Para qué vivir?