“LA CONSIGNA...LOS QUIERO”
El sombrero viejo
la capa muy roja,
un zapato blanco
y otro de color,
pantalones rotos
atados con soga,
en la remera escrita
les ofrezco...amor.
Los necios reían
burlando su estampa,
un policía torpe
lo empujó sin razón,
vino hacia él un niño
y preguntó si era pobre,
entonces riendo
le cantó...una canción.
Se acercaba la gente
a ver que pasaba,
las bromas crecían
a su alrededor,
le gritaban loco
mientras lo insultaban,
él sacó un poema
y se los...leyó.
Los versos hablaban
de un mundo posible,
donde no hubiera odios
ni discriminación,
caminando juntos
el negro y el blanco,
y el pobre muy digno
de su...condición.
Mientras tanto comía
unas tristes migajas,
de un pan ya duro
para masticar,
repartiendo a todos
mientras tarareaba,
la gloria sin duda
será...siempre dar.
No sabía nadie
de donde venía,
su presencia hablaba
de algo celestial,
sus ojos brillaban
cubriéndolo todo,
y su carita hablaba
de una gran...bondad.
La magia envolvía
toda su persona,
y hasta los que corren
mirando sin ver,
se paraban absortos
ante ese hombre,
y la paz brotaba
en torno...a su ser.
Se acabó el jolgorio
nadie se reía,
lo miraban serios
la duda era atroz,
¿quién era? preguntaron
a coro entre todos,
los miró dulcemente
y les dijo...DIOS.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)