Ruego dejádme triste este momento
¡Silencio! Aquí no importa lo que haga.
Hermano, quiero hacerme en tu lamento
y derramar mis llantos en tu llaga.
Tierra Santa que en sangre te derramas
mutilados de propia y cruel espada,
de la miseria por tus niños clamas
oíd, llorando van su fe sagrada.
Tus niños y mujeres se estremecen
cual higuera sangrienta y moribunda,
las muertes tus sustancias se remecen.
¡Oh, Pueblo! de ti nacen las ojeras
de la muerte, ¡afligida palestina!
Huid de en medio a ciudades extranjeras.
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David John Morales Arriola.