Un perro camina. Casi corriendo.
Cruza la calle.
Sé que mis pies jamás pisarán la montaña
aunque el día imagine estos pasos lentos
y diga la forma de mí
que he andado estas tierras, estas calles.
Sabré que nunca mis pies fueron dignos del país
que de mi espalda brota.
Mas en vano me esfuerzo por retroceder
¿adónde volveré, si nunca he salido?
Un perro camina. Ya no corre.
Ha cruzado el poniente.