Nací en tus ojos
en su inmensidad
ese día que el azar
nos hizo reencontrarnos.
Nací en tus ojos
que despertaron mi piel abandonada
y mis poros cantaron
una oda al universo.
Nací en tus ojos
mi pecho se abrío cómo una flor
y sobre ella sentada
me encontré.
Nací en tus ojos
mi serpiente ondulando sobre mi coxis
mordiendome cual rayo
me lo muestra.
Nací en tus ojos
nido de mi corazón
maná de mi alma
cueva de mi deseo femenino.
Nací en tus ojos
hasta que muera en ellos
no habré desaparecido
en la intemperie de la desesperanza.
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