Una opresión en el pecho
que amenaza con mermarme la vida.
Como una burbuja de aire helado
que se atraviesa en el alma
y que obstruye las funciones
de mi corazón y mi sangre,
que tensa mis muslos,
que hiere mi vientre.
Incapacidad para respirar libremente
empujándome a implorar
de rodillas a tu vanidad
por un poco de tu piedad.
Desesperanza, ansiedad
y anhelos frustrados
que se ensartan en mis ganas
de gritar tu nombre y no poder
porque el orgullo me lo impide
con la pena consecuente
de no mirarte de nuevo.
Un apocalipsis en mi ser.
Un suspiro.