Tu amor me condujo al paraíso,
Donde bebía el néctar de tus besos…
Y me alimentaba con el sabor dulce de tu pasión.
Fuiste claridad, que ilumino mis días,
luz de Luna llena, que noche a noche, me hacía soñar…
y bálsamo que curó cada herida.
Fuiste río que desembocó en la calma de mi mar…
Barco a la deriva, que en mis playas ancló en un día de Sol,
Devolviéndole fuerza y color a mi triste corazón.
Seguirás viviendo por siempre, en cada letra de mi poesía,
En cada buen recuerdo de mi memoria…
En cada rincón… de mi eterno enamorado corazón.
Claudia Alhelí Castillo
24-09-15