Volando
más arriba, siempre más alto
dolorosos recuerdos ya olvidados,
girando hacia abajo
como copos de nieve en aire cristalizado
Subiendo más aún
penetrando sin dolor
la barrera de augurios nubes de una tempestad,
sus nefastas montañas engañan
y capitulan sin resistencia
Surgiendo
con una tensa aprensión
un emergente submarino en aguas enemigas
alcanzo el silencio del vacío azul
mis ojos cegados por el esplendor del sol matutino
Planeando
con los brazos extendidos
sobre un infinito alfombra de nubes
un solitario paisaje polar deshelando de mala gana
en un cielo de llamas carmesíes
Perpetuamente distante
un evasivo destino
indiferente a lo rápido que vuelo.
Determinado a no ser vencido
continúo estoicamente
de motus propio