En el rincón de una lóbrega cantina
donde las candilejas te ciegan,
pocos salen y muchos llegan,
alma rota, mirada cancina,
¡todos! solo buscan diversión,
buscan de su pecho extraer
penas que los hace suceder,
¿razones? ¡si, pero sin razón!
al involucrar al corazón
cosas que los hace padecer.
Concurren de diferentes estratos
sociales sin definir cantidades,
pero con mismas necesidades,
de olvidar allí los maltratos
familiares o del trabajo,
para esconder por lo bajo
también el vicio profundo,
que tanto daño le hace al mundo,
al bien vestido o al de andrajo,
porque es vivir en inframundo.
Se bebe por necesidad, talvez
acuciado por un evento social,
en ambas se cae en el albañal
por una estúpida y real brutez;
¡Es cierto, el vino te desinhibe!
te traslada a un lugar increíble,
pero cuidado porque es factible
que te traslade a donde se vive,
en silencio y en sueño profundo.
¡Pido perdón por esto que difundo!
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MEXICO, Sept.24/15