Tengo el cansancio propio del hastío
que me ha dejado ayer la tarde oscura,
que partió sin razón y con premura
instándome a aceptar el desafío.
No tengo nada en mí, sólo hay vacío;
mi cuerpo ya ha perdido esa frescura,
no obstante va blandiendo su armadura
en un andar patético y sombrío.
La vida se me va y es deprimente
saber que nunca he sido inteligente
para vivir mí historia con grandeza.
Y tonta voy mostrando con orgullo
Amor mío, que algún día fue suyo,
y al que maté cortando su cabeza
Benkiju (Derechos Registrados)