José Adolfo Fernando

Incertidumbres diurnas

 

Inocente la noche desnuda
se baña,

en aquel lago escondido
detrás de la cascada estrepitosa,


el incierto día  asoma 
bajo el manto transparente
del Amor que duerme

su fatiga celeste que se estira

entre los millares

de estrellas mudas de luz


Los sonidos,

los estandartes

del aroma,

las carrozas del abejorio,

dejan de existir

la Nada se alimenta

de mis días

mientras

la historia matutina

bucea en las profundidades

el océano del olvido

buscando en memorias

buscando

la flor, aquélla, que algún día

ya tan lejano

pusiste en mi boca


Enterré al Silencio y su memoria

detrás de unos matorrales

quebrados por el rocío


Mi Sueño 

también se quebró

curvado , avaro de tu risa

guardada en mis oídos

entonces, solo entonces

comprendí que me habías amado

 

 

Mi nave con sus bitácoras

y cartas esperó con ansias

a la Noche que saliera

de su baño

detrás de la cascada estrepitosa.....

Me adormecí en una nueva Noche