Te vi venir
traías la muerte
entre las manos,
te saludé como pude
traías también
la muerte sobre los labios;
y nos quedamos así
callados y apartados
vos con los ojos amantes,
temeroso de tocarme,
y yo con ganas de
meterme en tu boca
y luchar lengua a lengua
por tu vida y nuestro cuerpo.
Quitarse las manos
en favor de otras manos
inclinar una palabra sobre otra
para salvar labio verbo y beso,
dícese del amor que no sabrá
de la palabra muerte
ni del sabor a espanto.