Quiero abrazarte, pero que no sea ese abrazo de
tres segundos como el de la semana pasada.
Quiero escucharte,
y no sólo ese simple, estoy bien.
Quiero verte, pero no por pantallas
o grabaciones, en las que no se puedo apreciar tu cabello.
Quiero tenerte, sí, tenerte,
en la brevedad de la palabra,
pero en la profundidad de su sentido.
Quiero deshacerme de ti, pero no como en esas discusiones
de cada sábado, donde nos odiamos para amarnos.
Quiero que dejes de quererme, porque no
he hecho nada bueno para merecerlo.
Quiero no tener miedo a quererte,
porque tal vez es amor lo que siento,
y si te pierdo, quizá jamás vuelva a experimentarlo.
Quiero que me recétes tu ausencia,
y quemar lo que nos hizo encontrarnos.
Quiero no tener razón, que hagamos lo que tú elijas,
y vayamos por donde tú quieras.
Pero más quiero, que nada tenga sentido,
que no vayamos a níngun lugar, pero que si vamos,
seamos nosotros nadamás.