Que drásticos los cambios,
es que no estaba preparada, para dejarte ir.
Que sola me has dejado,
pues en mi todo, te habías transformado.
Y que conste que te ame, como jamás llegue a creer.
Te permití entrar; cruzar la reja que encerraba a mi temeroso corazón.
Aquella reja le permitía estar a salvo del dolor.
Quien iba a decir que serias tú, quien así como me diera amor,
me abasteciera del mas tormentoso dolor.
Y me mata el recuerdo de haber tenido el gran amor.
Al que triste un día, llorando tuve que decir;
como si nada entre nosotros hubiera pasado.
Solo adiós...