Desgrana, mil maneras de pedirle,
la atención, el tiempo, el compromiso,
no encuentra la forma de decirle,
por miedo a que le haga caso omiso.
Consulta, el horóscopo a diario,
las cartas del tarot y las estrellas,
y busca, por el fondo del armario,
la inspiración de algún viejo poeta.
Y así, pasa los días indeciso,
deshojando lentamente la amapola,
y el tiempo, la atención y el compromiso,
no son más, que un pez que se muerde la cola.