Hay en mi pecho una gama de colores
de estaciones de otoño
a veces desertico...a veces
bajo la lluvia,
uno de rios... otro de tiempo...
cruzando el umbral del silencio
de jubilosas tormentas...
esperando tus manos.
Cada estacion un sendero,
cada rivera una caricia,
asi las aves cruzan el cielo
para anidar en otras ramas,
todas en pleno canto,
en concierto sobre mi piel,
y en mis labios una tierna plegaria...
Alegres burbujas de cristal
se deslizan sobre los montes,
sonrojadas bajo el rocio
adheridas a la ansiedd,
un dulce reflejo de estrellas.
Destellos fragiles y delicados,
de vivos deseos
amor y esperanza
hay en mi pecho siempre,
en un corazon que vibra
y baila al compás de latidos,
despertando cada aurora
para morir en tus desvelos...
Sobrio ritual de sensaciones
recorren caminos,
en delirante danza,
sobre el eje que sostiene en vilo
el soporte de la esperanza;
humectante y tenue bruma
en las paredes del edén,
atardeceres reflejados
conservan intacto el momento
de la constelación inevitable
al cruzar el umbral abstracto
de lo sublime...
Atalayax.