“Las furias de tu corazón no podrán
hacer nada para que, lo que sucedió,
no hubiera sucedido”
IGNACIO LARRAÑAGA
Nos cubrimos de colores la existencia
y aguardamos impacientes al futuro,
ignoramos lo que pueda ser oscuro
y hasta somos algo así como inocencia.
Porque damos lo mejor de nuestra vida,
porque dimos algo más que una sonrisa,
porque a veces nos bastaba una caricia,
sin saber que ya sangraba alguna herida.
Pero a veces nos deslumbran espejismos
que entorpecen los momentos más felices
que oscurecen los mejores optimismos,
que nos dejan sin palabras, sin matices.
Y por fin, cuando amanece un nuevo día,
nos vestimos nuevamente de ilusiones:
nuevos versos, nuevas rimas, nuevos dones,
más sonetos, más canciones, nueva vida,
aunque a veces una lágrima tardía
nos recuerde que sin paz no hay alegría
o nos traiga a nuestros días nubarrones.