Aun conservas la belleza
que solo yo puedo ver.
Aquella peca café sigue sobre tu boca;
no has cambiado nada.
En tus ojos aún se delinea
la negrura de mi hastío
y en tu cabello que no se mueve
siguen mis sueños incumplidos.
Pero tengo que disimular toda añoranza.
Ser soberbia y orgullosa,
y dejar los “te amo”
frustrarse en su gritos
y en la desesperanza.
Qué hubiera dado
por leer tu mente!
Saber si me has pensado.
Si viene a tu memoria aquel pasado
Como en la mía, de vez en diario.
Saber si sientes el sabor de los besos
que aun frescos siguen en mi boca.
Si ya no me amas.
Yo todavía… como una loca!!!
Que hubiera dado!