Rayo malversado de silencio
y de pálida tormenta anacarada,
castillos de almenas coronadas
en el espéculo dorado de mi alma,
y en la agónica tarde de mis caricias
enardecidas flores atravesadas...
en el archipiélago abandonado de cariño
de la entristecida cadena que me ata...
en los campos muy malheridos en su destino
las mariposas acarician muy despacio
con el roce de sus alas...
los corazones muy malheridos de silencio
de las atalayas melancólicamente enardecidas
de mi alma enamorada.
AUTOR: JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ