Al amanecer al salir el sol descubro que todo ha sido un sueño,
sueño de poeta y de soñador.
A pesar de ello deseo seguir soñando,
soñando despierto,
que mis sueños sean la base de mi pensamiento,
que todo lo que sueño si convierta en realidad,
pero los sueños son como las olas del mar,
los ves venir y como van creciendo y cuando llegan a ti se rompen contra la orilla,
tan solo te deja el regusto de unas gotas que te salpica en los labios, sientes como ese sueño se deshace y se mezcla con los cientos de sueños que como el han llegado a la orilla de tus mente.
Aún así sabes que en el fondo de tu mente se esta formando otro sueño,
quizás este sea más grande, más intenso,
que llegue a coger forma y llegue fuerte para que la mano del poeta le de forma, sentimiento, lo haga realidad.
La poesía al igual que las olas del mar rompe una tras otra sin dejar de fluir esperando que llegue la mano, que la haga nacer que la de forma, que la de a conocer.