No necesito una tabla de conversiones
para medir en lo que me has convertido.
No necesito que me lo digan,
que me lo señalen, yo lo he sentido.
Al mirarte entre las sábanas,
con ese brillo en tus pupilas,
con una sonrisa de comisura,
te supe un manjar apetecido.
Al meterme entre tus brazos,
en esclavo fiel me has convertido.
Y ya no son mis versos
más que solamente para vos,
mis caricias,
mis suspiros,
me los inspirás sólo vos.
Y te veo en todas partes,
al caminar por aquel parque,
al sonreírle a un niño,
al mirar la puesta de sol
o el amanecer de un nuevo día.
No necesito una tabla de conversiones
para medir en lo que me has convertido.
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
28 de septiembre 2015