En un reseco desierto
donde la vida se esfuma
ahí se sueña despierto
entintando una pluma.
Se escribe sobre el tapiz
donde ella marco sus huellas
no se necesita lápiz
para decir que era bella.
Un verde tornasolado
su cuerpo lo recorría
el sol la pintaba asombrado
era una reina que nacía.
Ël le ofreció su campo
lo podía recorrer
era la dueña del lampo
que dominaba su ser.
Para poderla besar
levantóse en lo alto
ella lo empezó a acariciar,
era su único LAGARTO.