Llovió un torrente
interminable
de recuerdos
esta noche
y un mar de ausencias
anegó el alma
y ahogó la sonrisa
y veló con un tul
la luz
de los ojos.
Llovió y llovió.
Después
todo
quedó
inconcluso
paralizado
como poste de luz
soñando
con un perro.