Todo está en mí, el calor de tus manos,
tu abrazo, el olor de tu cuerpo, tu risa,
y tu beso inacabado, lejano,
perfecto a mi recuerdo.
Nada altera el tiempo de tu boca en mi boca,
ni tu voz susurrando caricias en mi cuello,
te guardo para mí en cada gesto,
tan tuyos y tan nuestros,
del ayer desteñido, tan perpetuo.
Tallado en la memoria yo te tengo,
te rescato en las noches,
en mi cama te siento,
rondando los rincones
de azul y sentimientos.
Todo de vos está en mí,
tan profundo, corriendo por la sangre,
metido en mis huesos.
Devorando las horas se consumen los leños,
de cuerpos enlazados en otros tiempos.
Ya no me duele amarte y saberte tan lejos,
durmiendo en otra cama si en mis sueños te tengo.