Cuando cantaba la canción:
Un cielo de belleza.
Todos escuchaban atónitos con mi bella voz.
Cantaba Marcelino,
escuchen todos,
decían que tenía voz angelical,
sabia expresarme en una canción,
la cantaba con sentimiento
sentía que estaba en el aire,
veía el cielo abierto,
y cantaban los ángeles.
Era un cielo de belleza,
así llamaba yo a la canción.
En un cielo de belleza
Donde está a brillar
Una bella estrella me está a llamando
Vamos caminando con su luz
Hasta Belén
ver a Jesús
Y a la querida mama.
Cuando en Navidad,
si la vecina
le sonríen todos los niñitos,
hay premios luz y canciones y alegría en los corazones.
Cuando en Navidad si la vecina
le sonríen todos los niñitos,
hay premios luz y canciones,
y alegría en los corazones.
Que regalo bellísimo,
me habrán de llevar,
deseo muchísimo
de lo amar,
en la gruta fría
debe de hacer calor,
nuestra alegría en aquel día,
al ver al Señor.
Sentía yo la presencia de algo inexplicable,
sentía una emoción cuando cantaba,
era como escuchar algo que ni yo mismo comprendía,
era el amor,
era un sentimiento de felicidad
tal vez de fantasía.
Esa melodía,
quedaba en el aire,
su música la escuchaba todo el tiempo,
los rostros de las personas que oían eran diferentes,
estaba el amor en el aire,
estaban sorprendidos que en este niño tan tremendo
parecía que Dios quería hablar.
Los niños
son como el cemento fresco
todo lo que los toca deja una marca.