Un deslumbre en plena oscuridad nos descubre,
una luna de octubre parpadea entre nubes grises,
Un murmurar suave adormece nuestros sentidos,
Es la lluvia que comienza a acariciar a esta noche.
Beso tu frente, tus ojos, tus mejillas, tus labios,
Te recorro lento, como al camino más largo y bello,
Me estremezco de besarte, de sentirte tan cerca,
De saborear ese néctar dulce que hay en tu boca.
Ay! de mis manos que han soñado tanto tu cuerpo,
en su suave temblar se delatan Un sinfín de anhelos,
Ay! De mis manos desnudas que ahora te desnudan,
bordeando el filo de esta pasión que se desborda.
El susurro de tu voz encendiendo mis océanos de fuego,
Tus manos heroínas presurosas aventurándose hacia mí,
Remando las yemas de tus dedos en todos mis rincones,
Y yo matando sobre tus ojos el último instante de pudor.
Así van nuestros cuerpos abriéndose como capullos,
Sedientos, desesperados de tanta calma, apasionados,
Abierta el alma florecida, con su intimidad expuesta,
Sembrada con los sueños que brotaron de este amor.