I
Esos ojos tan oscuros como chocolate...
de facciones tan finas como navaja...
me enamoras con tu amabilidad y grandeza
hoy, y hasta el fin de los tiempos.
Hasta las palomas se enamoran
de tu alma tan sensible
como un pétalo de rosa.
De sonrisa grande y amplia
que cuando la veo,
aparecen emociones muchas.
II
Tu mano, tan suave como un pétalo
en tono tan blanco y pálido,
cuando tu piel roza con la mía
una conexión tan grande
se posa en mi cuerpo día con día.
III
¡Oh, mi bella princesa!
Tan linda, tan sensible, tan hermosa:
mi amor hacia ti me ciega,
aunque tengas una encantadora belleza
hay dentro de ti
una maldad que te abraza.
Autora:
Marifer C. Legaspi