La camisa blanca pegada al pecho
Desgarrando el corazón moría
En el intento por volver a aquel sueño
Mientras la sangre empapaba
El alma por completo…
Lagrimas nacían ahí adentro,
El rio salvaje de las palabras vacías
Los espacios oscuros de mi ser…
Moría lentamente en el altar
De todos aquellos caídos de los cielos…
Los ángeles negros que más yo quiero
Mi espalda aún sin alas para poder volar
La desazón partiéndome el corazón
Y el pecho desgarrándome por todos lados
La piel más suave del mundo…
Desacerce en pedazos por los campos de dolor
No había vació más grande que el adiós…
Lluvia interminable en los campos del señor…
Aquella coraza se había derribado en su esplendor
El cuento de hadas tan solo una pequeña canción
Y los frutos maduros de un amor inesperado
Sediento de todo aquello que me ilumino
El camino hacia el olvido diario…
Muerto en vida había encontrado
Los lazos rotos de un sueño olvidado…
Desgarrando el corazón…
Las palabras más filosas que atraviesan
Los hilos perdurables de un verso increíble
Una pesadilla que no tiene final
Incrédulos mirando mi interior…
Las flaquezas inesperadas del más inmenso dolor
Atraviesan todas las paredes de mi corazón
Cuando tu silencio camina en mí mirada…
Y aunque la tristeza me invada a cada segundo
La garganta se achique a cada paso
Que la voz enriquecida de angustia
Separe las cuerdas vocales de mi alma
Mientras atadas las manos con tanta fuerza
Maniatando los sentimientos que hoy vivo
Nada impedirá que pueda gritarle al mundo
Que quiero volver a intentarlo…
Aunque me sangren las manos en el intento
Moriré por ello por los pisos de la bronca
Cruzare de rodillas los caminos pedregosos
Y aunque el amor me de la espalda, volveré a vencerlo.