Me duele ver tu llanto contenido
que se agota en la llama del deseo;
Hoy somos de vuelta Ariadna y Teseo
de nuevo al laberinto remanido.
A este quid lo cantaron los poetas
con la Gibson, la lira y la bordona.
Cupido, cuando acierta, no perdona;
y menos cuando falla, y es de estetas
Sollozar por los cuerpos chamuscados
y añorar los combates de la alcoba:
no asumir, la pasión nos ha pasado.
Piel con piel, como hermanos, lado a lado;
maldito sea el ángel que nos roba
el brillo de los ojos del pecado.