¿Quién escucha mis clamores?
amores…
¿Por qué así? ¿Juegas conmigo?
¡Castigo!
Pero ¿Qué me ata a tu cruz?
Tu luz…
Tú, que calmas mis dolores,
mi dulce ángel terrenal.
Mi pecado capital,
mi Luz, castigo y amores.
Mas, ¿Cómo calmo este frío?
¡Estío!
¿Si no siento tu calor?
Tu olor
¿Y si de mí estás muy lejos?
Consejos
Respuesta que más ansío
Y que nunca ha de existir,
y mi alma no ha de seguir
consejos, olor o estío.