Algunas personas no se van para siempre
se alejan y su aroma sigue flotando en el aire
doblan la esquina y su silueta permanece visible
callan y su voz retumba fuerte.
Algunas personas no se van para siempre
Se pierden en la bruma
Y cuando el sol aparece
Se muestran vivas, fulgurantes
Algunas personas no se van para siempre
los despides con un abrazo
y después de muchos años
sus brazos te siguen rodeando.
Algunas personas no se van para siempre
entierras su cuerpo con lágrimas
y al rato su alma en tu mesa
comparte contigo una copa de vino.
Algunas personas no se van para siempre
cierran sus ojos. y abren de par en par tu alma,
callan su pluma y gritas enamorado
su corazón descansa y el nuestro despierta agitado.
Eres uno de esos Benedetti
de los que no se van para siempre
te has convertido en polvo fino
y a la vez, en mármol indestructible.
Juan Gualberto Salazar Rosado