hay tantas soledades extraviadas por ahí
que las calles del mundo
se asemejan a los castillos de cristal
tantos ojos que buscan
y se miran primero a los espejos
hay tantas soledades por ahí
que las hojas del diario de las vidas
aparecen desnudas
y los brazos abiertos
han perdido sus pechos
han perdido sus almas
y con ellas el poder de los secretos
que se deben guardar como recuerdos
hay tantas soledades por ahí
que se cierran a la voz de los susurros
que acompañan al beso
con que se pierde el alma
sin sentir
sin pensar…
©César Figueroa Vergara/ (seud MSJ)