Vivimos un mundo de mascaras
basta con solo mirar en la calle
y todos las usamos
cuando van a la iglesia a pedir perdón
y cuando salen se ponen otra mascara
cuando van al trabajo o a la escuela
otra mascara ponemos
cuando vamos a la playa
pero la más interesante
es cuando ponemos la máscara de payaso
y no es posible quitárnosla sin dañar nuestra piel.