Guardo un universo de secretos en los pliegues de mis bolsillos, toda una inmensidad de océanos construidos por lágrimas rotas que al toparse con la tierra construyen costas de sonrisas. Tengo un planeta para cada emoción, y la esperanza es el más grande de todos, en ella están las montañas más grandes de todas, que contrastan con el paisaje llano de la melancolía, árido e inmenso como el mismísimo infierno. Ten cuidado si caminas por el deseo, si caes en sus inmensas grietas puede que no puedas volver a salir; yo, cuando quiero tranquilidad, voy al valle del olvido y me siento por horas a disfrutar del vacío que ahí se respira. Ves? Si conduces recto por ahí llegas a mis ojos, en ellos no hay más que agujeros negros y un poco más a la derecha hay presas de lágrimas que nunca se romperán.
Aquel planeta brillante de ahí son mis sueños, están cubiertos por una bruma espesa para no ser descubiertos, son precavidos y no dejan entrar a cualquiera, por eso se ocultan. Un poco más allá verás a la fortaleza, es el planeta más sóbrio pero también el más interesante, es curioso, en el ves como se reparan los sentimientos para no caer un poco más día a día. Como ves hay millones de planetas, todos esconden secretos que ni a mí misma me confiesan, y en sus sombras hay más belleza de la que puedas imaginar pero es solo para valientes, no es fácil enfrentarse a los fantasmas ajenos, pero acaba siendo mágico si lo intentas.