Prostitución mental
es como le llamas
a este sentimiento virtual
que apareció en una
insignificante mañana
no sé de qué mes,
ni en qué tiempo transcurrió
para que alimentaras
a estas sensaciones mías tan raras
y le dices de tantas maneras
muy afortunadas,
que acudí como una ramera
a tu cita virtual
cuando no esperé nada
porque nada recibí, todo fue mental.
El tiempo ha transcurrido
y con él se ha expandido
mi sentido…
no me siento culpable
de haberte querido
cuando viniste con el viento
y como espuma te volviste
sin nunca saber realmente
quién fuiste.
Me llamaste como quisiste,
pero bajé mis lágrimas
y jamás de su sabor supiste.
No importa cómo quedamos
si andando el tiempo,
caminantes del deseo
que nos inundó
nos encontramos nadando
en un mar que te está ahogando
con la misma furia que nos enbistió.