Mañana cuando este lejos,
te hablaran de mí los recuerdos/
que tatuados llevas uno a uno,
en el lienzo de tu piel.
Cuando te asomes por los espejos,
veras las notas de mis cuadernos
y recordaras mis labios ufanos/
bebiendo de tu cuerpo la miel.
Te asomaras a la ventana,
del huerto nacerá una flor/
un ave te llevara un rocío
y el aire entonara mi voz.
Observaras el despertar de la mañana,
los rayos del sol te dirán amor/
que tu nombre al silencio pronuncio,
provocando al tiempo una herida atroz.
Solo guardaras de mí aquel verso,
que escribí con mis angustias/
con el llanto que cabo mi tumba
y el beso que rodó por tu faz.
En un plano del universo,
donde reposan miradas mustias/
y el palpitar de mi alma se derrumba,
en suplicio inédito de tu paz.
Mañana cuando este lejos,
te ayudaré a que no sufras/
ocultare yo mis lágrimas,
enterrare mi memoria.
Escribirán mil historias,
de lo que pudo y al final no fue/
solo mi rostro detrás de un espejo
y tu lágrima confundida,
entre la llovizna surgirá otra vez.
En las paredes de mi sepulcro,
sembraras con amor las flores/
que guardarán tu aroma
y crecerán hermosas, pues de tus mejillas brotan.
Como arcoíris, después del pulcro
vendaval de gotas/ con sus albores
de donde el alma toma,
un respiro y retoñan… de tu ser las rosas.