La primera luz del día
que se cuela entre la bruma,
resplandece.
Llega débil y algo fría,
mas sin duda nos divulga,
que amanece.
Si el amor llama a tu puerta
aunque llegue silencioso,
te lo anuncia.
¡Ah! ¿Qué cómo te das cuenta?
porque tu alma grita a coro
lo que abunda.
Cuando el sol llega a su culmen
nos abrasa con su fuego
vehemente.
Y el ardor llega a su cumbre
cuando el ansia de querernos
nos envuelve.
Cuando el sol baña la tierra
además de iluminarla
la calienta.
Y la luna en las tinieblas
cuando llega la alborada
se despierta.
Dos amantes que se quieren
y horizonte los separa,
insensible.
Son la bóveda celeste
a la Tierra que es su amada
intangible.
Para unirse entre los dos
son la Luna junto al Sol,
sus bagajes,
con encuentros escondidos
por eclipses compartidos,
para amarse.
Cecilio Navarro 02/10/2015
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