Tarde precipitada de anacarada herida
desconsolada de quimeras y de sentir licuada
claudicada de besos en lo divino
y asaetada de labio en lo profano,
en cielos apolíneos te me diluyes
entre mil lirios de amor y en sus Bacantes...
zaherida de labio la boca huida
diluida de beso y melancólico llanto,
entre Venus y Diana cazadora
mi alma de amante y en su despecho
adorna la tarde en sus desvelos
de melancólica alondra y anacarado nardo,
tardes de otoño en valles esmeraldinos
vencidos de beso y de amor licuado
yacéis zaherida de blanca bruma
en ambarinos lagos de rosa glauca...
os precipitáis bañada
de blanca espuma,
en campos...
muy melancólicamente
zaheridos,
apenas abandonados.
AUTOR: JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ.