Pues la vida es un sueño dislocado,
como un muerto que piensa que está vivo,
una copia que expira en un archivo,
la fuente en la que el caño ya se ha ahogado.
Tan fuerte como odiar a un ser querido
para luego volver a ser amado,
sentir que en un desierto estas perdido
para poco después ser encontrado.
Señor, dime si fuiste tú el que un día
le robaste el destino a mi esperanza,
al alma de hoy. mi lágrima vacía,
el corto recorrido, a mi distancia.
Ahora ya de buscar vivo cansado
no sé, no puedo, no quiero ya buscar,
mis versos excusas son ¡a qué negar!,
y un quite para mi ego desolado.
©donaciano bueno.