Era tarde cuando ambos, emprendieron el regreso,
a lo lejos cual castillo de un cuento, se veìa claramante
iluminada la casa de vacaciones de su enamorado.
Ella le dice:- mi amor, ¿con quien vives allî?,
èl le responde: -mi amor, algùn dìa te llevarè y presentare
ante mi circulo familiar.
Paso la temporada vacacional, y llego el dìa de la triste despedida,
-mi amada Rosa, debo marchar, pero has de saber que he de regresar,
pensarè en ti, y en los momentos que hemos compartido, y la promesa
de regresar para llevarte conmigo.
Pasado algùn tiempo, Rosa se dirige con pasos lentos al puesto asistencial
mèdico, mas cercano al caserìo, de inmediato la ingresan, y en su dolor
de parto alcanza a escuchar, vienen dos y pierde el conocimiento.
Al despertar, todos los vecinos cerca de su cama,
Dorotea tiene en sus brazos a una de sus hijas, y dentro de un cesto
la otra llora con muchas ganas, le alcanzan a la niña, y su vecina
le dice: -que esperas Rosa, dale a la niña el pecho, acaso no ves
que llora de hambre, y ella con gran amor, calmo el llanto de su hija,
con leche tibia de su seno. Las niñas crecieron al lado de su madre,
y en la ausencia del padre, a quienes solo veían en temporadas
vacacionales, el cual brindaba apoyo econòmico, a Rosa y a sus hijas,
sin nunca llegar a cumplir aquella promesa, de presentarla ante su
circulo familiar. Pasando necesidades Rosa, ante el bajo presupuesto
del cual disponìa, que apenas alcanzaba para comprar el alimento
a sus hijas. Un buen dìa el padre de sus hijas le propone,
que se quede ella con una niña y el se lleva a la otra,
para criarla bajo el amparo de su familia.
Asì fue como a dos hermanas, que mucho se amaban
las separan en la niñez, para que luego el destino
las reuniera otra vez, ayudando una a la otra.
y la vida continua...