ALVARO J. MARQUEZ

SOMBRILLAS EN EL CIELO

\"Detrás de la esperanza que se esconde,/ esperando una respuesta me asomo,/ para amarte dime cuándo y dónde,/ yo te diré cómo...\"

 

¿Ya le contaste que has llorado? ¿Le contaste
que andas por ahí en los rincones escondida?
¿Ya se enteró de que en sueños me abrazaste?
¿Sabrá que de mi corazón quieres las llaves?
¿Será que de algún modo capta que no sabes
cómo rayos ahora puedes sacarme de tu vida?

¿Cuando habla contigo no te hace preguntas?
¿No se da cuenta de que ya tu risa es fingida?
Tu alegría y tu tristeza no pueden vivir juntas
y la nostalgia por mí a cada instante te acecha,
no sé si en su caso será una pregunta no hecha
o si en tu caso, una pregunta nunca respondida.

Cuéntame cómo haces para que no se dé cuenta,
porque cuando tus lágrimas brotan me nombras,
estás perdida, abatida y de mis labios sedienta...
Ignoro cuáles excusas serán las que ahora uses,
pero él seguro escribe desde su mundo de luces
y sé que respondes desde tu entorno de sombras.

Porque entre sombras estás cuando me extrañas,
entre sombras que te maltratan por mi ausencia.
¿Y tú qué haces? ¿No se lo dices? ¿Lo engañas?
Claro, supongo yo que mi nombre no exclamas,
pero el pecado de nunca confesar que me amas
puede llegar a pesar demasiado en tu conciencia.

¿Le contaste que has llorado? Él debería intuirlo
si acaso entre líneas algo oculto es capaz de leer.
A veces lo que es cierto no hace ni falta decirlo,
ya son cosas que se descubren tan sólo por vivir,
cuando sentimos algo que no creímos poder sentir
y algo “ES” aunque no pensamos que podía ser.

¿En dónde te metes para que llorando no te vea?
¿O en tus letras él se figura que estás sonriendo?
¿Cómo haces para convencerlo, para que te crea?
¿No percibe en tus letras acaso que no sobrevives?
Llora cada letra, cada frase, cada verso que escribes
y gritas del fondo de tu alma que me estás queriendo.

Estás tan llena de mí que huele tan sólo a mí tu piel
y ya no hay otro sentimiento que en tu alma quepa.
Tú no has aprendido con nadie en la vida a ser infiel,
disimula como puedas, usa lo mejor de tu carisma,
para que no tengas hoy que confesártelo a ti misma
y también para que él a final de cuentas... no lo sepa.

Si no lo percibe entonces mejor, no se lo confieses
y que siga creyendo que es él de noche tu desvelo,
total, no te ves triste, tal vez no sea lo que pareces,
cierra tu alma y que se torne ya del todo inaccesible,
para que crea que tu amor por mí es tan imposible
como ver un día caer unas sombrillas desde el cielo.

 

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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