El Quijote Delirante

CON LAS LUCES ENCENDIDAS

CON LAS LUCES ENCENDIDAS

He dejado mi puerta entreabierta

con las luces encendidas,

para que sepas que hay alguien en casa,

aunque sólo sea yo quien te espera.

Cuando el viento del otoño ya no es tan cálido

y los follajes siguen cayendo,

así como cae la tarde y anochece,

ya en la noche mi espera se hace eterna.

Con una copa en mi mano,

me invaden los recuerdos con el trinar de pajaritos,

mientras mi ansiedad va en aumento cuando anochece

y con las luces encendidas te sigo esperando.

El silencio me invade,

la soledad me hace compañía,

las musas comienzan a susurrarme

y escribiendo poesías sigo en mi eterna espera.

Cuando la noche ya es más fría,

mi impaciencia se acrecienta,

deseando que tu cuerpo sea mi abrigo

y el mío se confunda con tu alma.

Con la puerta entreabierta y las luces encendidas,

sigo esperando tu llegada,

deseando que no sea un desatino

la unión de dos destinos.

EL QUIJOTE DELIRANTE