Las tardes borradas por no tenerte,
sin fechas ni pulso en el tiempo.
Me acompaña tu incurable sombra
que desprolija el horizonte.
Mis intentos de no pensarte son
indescifradas formas que obtura
el lente de mi cámara.
Ensombrecidas por la ceguera del llanto
son todas las cosas.
Soy en esta tarde la que no puede huirte,
resignada a fotografiar los atardeceres
que no compartes conmigo.