Hoy miré a la luna
derramando llanto,
llanto de desolación,
de sus ojos perlas caían,
de nácar azulado,
parecían rayos de sol,
y yo las recogía.
Su llanto me helaba,
y a la vez me quemaba,
las perlas que lloraba
eran un tibio brebaje,
mismo que bebí.,
De pronto lágrimas brotaron
de mis ojos, miedo de mis manos,
color de luna en mi cuerpo
y en mis labios fulgor de sol,
quise que vieras mi alma
iluminada como luna
por el radiante de sol.
y tú, no estabas cerca,
lejana de mi vida,
como ha sido en estos años,
luna que lloras mi pena
tu también sabes que muero
por esta pena, por darle mi amor.
Ya no llores luna,
no vacíes tus ojos del fulgor del sol,
tómame de las manos,
y en un resplandor cierra mis ojos,
apaga mi fulgor,
lloremos a dueto,
lágrimas grises
y gritemos mi renunciación;
pues mi bien amada,
no sabe de luces, ni lágrimas grises,
no entiende este… amor.