Camina el hombre por las calles de la ciudad
buscando un trabajo un pedazo de pan
en su mente una respuesta, donde lo e de encontrar
la esperanza se pierde, el desanimo se apodera de el
se va entrando junto con la tarde, y en casa lo esperan,
por si trae algo para el hambre poder saciar
carís bajo se deja ver, con las manos vacías y un cansancio
a mal traer, no habla, no dice nada, en sus ojos se ve el llanto
una lagrima que cae en su rostro, muestra de un dolor
que no pasara, que le acompaña por cometer un error.
Una mujer le abraza, su niño le regala un beso
la sonrisa calída en sus labios, la muestra de amor que le rodea
son gracias que recibe por estar de nuevo en casa.
Largos años pasaste tras las rejas, largos años son los que hoy te aquejan
tus pies cansados e inchádos por el rustico camino
el tropiezo en las piedras que te dejan bajo la sombra de un árbol viejo
lo miras, lo abrazas, como si le pidieras un buen consejo
la pena se adentra en tu alma, tu corazón late cual rápido de un rayo
miras al cielo por ver si encuentras al padre y te de consuelo
el cansancio se apodera de el, el hombre cae en un sueño profundo
la gente pasa y pasa, que importa del que bajo el árbol duerme
que importa si esta vivo o muerto, todo parece que este mundo esta loco.
Canta el pájaro en la rama, que lindo trinar, el hombre despìerta y ve
la calma en su alrededor, se marcha, pero no sabe si volver a casa
con las manos vacías, y un pequeño resfrío que le acompaña
la mirada turbia, su paso lento, el rechiñar de sus dientes
la mala suerte que le persigue, el croar de las ranas aya abajo en las vertientes.
Un silbido se escucha a lo lejos, una voz que le llama, un trovador que le canta
rompiendo su alma en mil pedazo, miróse en el espejo y dijo,
padre, soy un fracaso.