Han pasado pasajeros hambrientos,
han pasado lunas desesperadas,
se han quedado peces en silencio,
han quedado marcas de la nada.
Otros se fueron sonriendo,
otros quedaron sin ganas,
remembranzas esparcidas por el viento,
vidas buenas, otras malas, desoladas.
Pero quedó el conocimiento,
en el polvo de las murallas
construidas en el tiempo,
forjadas con mil batallas.
Con Dios, sin Dios, con o sin discernimiento,
con evolución, con creación, con esperanza,
con vestigios de lo bueno de otros tiempos,
con sacrificios humanos y matanzas.
Con vista gorda de gobernantes y clérigos,
con concordancia entre amante y desposada.
Con extinción de voladores y rastreros,
con miradas vacías, subyugadas, devastadas.